Si bien se suele utilizar la expresión declararse insolvente bastante a menudo, lo cierto es que en España no existe la declaración de insolvencia como tal. Por lo tanto, nadie puede declararse insolvente. Lo único que sí puede hacer la persona insolvente es demostrar su situación en el juzgado de lo mercantil, para solicitar la exoneración de sus deudas, en ciertos casos.
Es decir, cuando una persona tiene graves problemas para afrontar sus pagos, y siempre que cumpla los requisitos, podrá acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad. Este es un mecanismo previsto en la Ley Concursal, cuyo nombre real es exoneración del pasivo insatisfecho (EPI), si bien solemos referirnos a él con el nombre con el que se conoce a la ley que lo aprobó.
En este artículo vamos a explicar qué consecuencias tiene cancelar las deudas con la Segunda Oportunidad por ser insolvente.
Consecuencias de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad en caso de insolvencia
Como hemos visto, una persona no puede declararse insolvente, pero sí puede acreditar su situación de insolvencia ante el juzgado de lo mercantil para conseguir que se le cancelen sus deudas. Las consecuencias, en este caso, son las siguientes:
Elegir entre liquidar bienes o seguir un plan de pagos
Para ser exonerado del pago de las deudas con la Ley de la Segunda Oportunidad, es necesario o bien liquidar todos los bienes de un cierto valor con los que se cuente, y así obtener la cancelación definitiva de todas las deudas cancelables (hay algunas deudas que no se pueden cancelar, como las derivadas de alimentos), o bien seguir un plan de pagos para atender el pago de parte de las deudas y conseguir la exoneración provisional del resto (que se hará definitiva una vez concluido el plan de pagos).
En caso de no tener bienes que se puedan liquidar ni tampoco ingresos para cumplir con un plan de pagos, si se cumplen los requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad, se podrá obtener igualmente la exoneración de deudas por la vía de la IMA (insuficiencia de masa activa).
Paralización de los embargos
Desde el momento mismo en que se inicia el procedimiento para conseguir la cancelación de deudas con la Segunda Oportunidad, se suspenden los embargos que pesen sobre los bienes del solicitante. Tampoco se podrán ordenar nuevos embargos mientras dure el proceso. Y una vez que se obtiene la exoneración de las deudas, esta medida se hace definitiva.
Salida de los ficheros de morosos
Otra consecuencia de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad por ser insolvente es que, si los datos del deudor aparecen en algún listado de morosos, como ASNEF, tendrán que ser eliminados obligatoriamente.
Sin duda, esto supone una importante ventaja para el solicitante, porque aparecer en uno de estos ficheros de morosos puede ser un problema importante por ejemplo a la hora de pedir un préstamo personal o una hipoteca, o de contratar una línea telefónica, ya que estas empresas suelen tener acceso y consultar estos ficheros.
Dejan de incrementarse los intereses de las deudas
Los intereses paran de aumentar desde que comienza el procedimiento para conseguir la cancelación de deudas con la Segunda Oportunidad, por lo que la deuda deja de crecer, lo que supone un cierto desahogo en la situación financiera de la persona deudora.
Suspensión de los pagos a acreedores
En caso de ser autónomo, con el procedimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad cesa la obligación de atender a los pagos a los acreedores. Esto facilita continuar con la actividad, partiendo de una situación económica compleja.
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