En el contexto de un concurso de acreedores, pueden encontrarse diversos tipos de deuda o créditos. Entre ellos, los créditos post concursales o deudas post concursales; una tipología de deuda con ciertas particularidades. En este artículo explicamos qué es la deuda post concursal y qué incidencia tiene en el proceso.
El proceso de un concurso de acreedores
Un concurso de acreedores es un proceso dirigido a personas jurídicas que se encuentran en un estado de insolvencia, el cual les impide cumplir con sus deudas, incluyendo sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social.
Este mecanismo proporciona una vía con la que afrontar esta insolvencia, y tiene como objetivo principal satisfacer las deudas con los acreedores. Para hacerlo, se liquidan los bienes de la entidad, con el fin de cubrir la máxima cantidad de deuda.
Tipos de deuda en un concurso de acreedores
Normalmente, las empresas que se encuentran en esta situación cuentan con diversos tipos de deuda: salarios de los trabajadores, pagos a los proveedores, créditos bancarios, deudas con Hacienda, la Seguridad Social, etc.
Para acometer estos pagos, se clasifican estas deudas y se establece un orden que dará prioridad a unos tipos de deuda por encima de otros. De esta forma, las deudas se clasifica en:
Deudas privilegiadas
Las deudas privilegiadas gozan de preferencia sobre el resto de créditos. Sus características especiales las convierten en prioritarias. Esta tipología de deuda, a su vez, se subdivide en dos categorías:
- Con privilegio especial: en estos casos, hablamos de deudas ejecutables independientemente del concurso de acreedores. Entre este tipo de deuda, figuran aquellos créditos garantizados con hipoteca, créditos refaccionarios, créditos por contratos de arrendamiento financiero o los garantizados con anticresis.
- Con privilegio general: son aquellos que no pueden ser tratados de forma independiente al concurso, pero sí se les proporciona preferencia por encima del resto de créditos. Tal como establece el artículo 91 de la Ley Concursal, se incluyen todas aquellas deudas generadas por salarios, indemnizaciones y Seguridad Social en cuanto a los trabajadores, retenciones tributarias en cumplimiento de una obligación legal, créditos tributarios, la Seguridad Social y Derecho público que no se consideren de privilegio especial y créditos de responsabilidad civil extracontractual, entre otros.
Deudas ordinarias
Dentro de las deudas ordinarias se encuentran todos aquellos créditos que no se pueden clasificar en privilegiados ni subordinados, quedando exentos de regulación de la Ley Concursal.
Deudas subordinadas
Son deudas subordinadas las formadas por aquellos créditos que tienen menor importancia dentro del concurso. Por ende, son los últimos en verse satisfechos. Esta condición hace que, muchas veces, no se lleguen a cobrar, ya que al llegar a estos, se han utilizado los bienes liquidados del concursado para satisfacer la deuda privilegiada y ordinaria.
Dentro de este tipo de deuda figuran aquellos créditos que han sido comunicados de forma errónea o fuera del plazo establecido, aquellos de carácter subordinado por pacto contractual, multas y sanciones. También todas aquellas deudas donde hay una relación especial entre deudor y acreedor, así como créditos generados por rescisión concursal a favor de quien haya sido culpable de actuar de mala fe.
Todos aquellos créditos derivados de contratos que incluyan obligaciones recíprocas y que obstaculicen el cumplimiento del contrato en perjuicio del interés del concurso también se consideran deuda subordinada.
Créditos post concursales
La deuda post concursal es un tipo de crédito totalmente ajeno al referido antes. Se considera crédito post concursal o deuda post concursal a toda aquella deuda generada tras la fecha de publicación del inicio del concurso de acreedores.
En este sentido, la deuda post concursal deberá ser pagada en su fecha de vencimiento, sin poder ser excluible de su exigibilidad de obligaciones. Sin embargo, este tipo de créditos sí son susceptibles de reconocimiento en la fase de disolución y liquidación de la entidad.
Concurso de acreedores y la Ley de la Segunda Oportunidad
El concurso de acreedores es un mecanismo establecido para personas jurídicas. En el caso de las personas físicas insolventes (particulares o autónomos) se aplica la Ley de la Segunda Oportunidad; un mecanismo de cancelación de deudas vigente desde el año 2015.
Si has contraído deudas a título personal, o como autónomo, que no puedes pagar, es fundamental que consultes si reúnes los requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad para conseguir la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI), como haber actuado de buena fe, entre otros. Ello te permitiría dejar de ser deudor y poner tus finanzas al día.
En caso de que tengas una empresa y las deudas pertenezcan a la misma, recuerda que el procedimiento que se debe iniciar es el concurso de acreedores.
Para más información puedes consultar nuestro post: ¿Cuál es la diferencia entre el concurso de acreedores y la Ley de la Segunda Oportunidad?
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