Aunque la expresión obligación de crédito de dinero no se maneja de forma demasiado común, se trata de un tipo de operación completamente habitual. A continuación vamos a explicar de qué se trata.
¿En qué consiste la obligación de crédito dinerario?
Una obligación de crédito dinerario es aquel acuerdo por el que una de las partes entrega o se obliga a la entrega de una suma de dinero, mientras que la otra parte se compromete a devolverlo en el momento pactado.
Por lo tanto, la obligación de crédito de dinero es un negocio que habilita a una de las partes (el acreedor) a exigir el pago de la cantidad acordada a la otra parte (el deudor).
Este tipo de obligaciones, en el plano teórico, se encuadran en las llamadas obligaciones de dar (existen las obligaciones de hacer, de no hacer y de dar). Concretamente, se trataría de una obligación pecuniaria.
Así por ejemplo, cuando se obtiene un préstamo personal de una entidad financiera, se está formalizando una obligación de crédito de dinero
¿Qué ocurre cuando no se cumple con una obligación de crédito dinerario?
Si el acreedor incumple con su obligación de entregar el dinero en los términos acordados, tendrá que hacer frente a una serie de consecuencias:
- Puede ser reclamado para pagar no solo por por medios extrajudiciales (como un requerimiento notarial, por ejemplo), sino también judicialmente. Este tipo de reclamaciones suelen solventarse a través del juicio monitorio.
- En caso de no pagar después de haber sido reclamado, el acreedor puede solicitar al juzgado que embargue sus bienes para cobrar la deuda.
- Además, el impago de la deuda puede provocar que los datos del deudor sean enviados a un fichero de morosos, como ASNEF o BADEXCUG.
Ahora bien, también hay que tener presente que las deudas prescriben una vez que transcurre el plazo indicado por la ley para ello. A modo de ejemplo, las deudas por el impago de la renta de alquiler prescriben a los 5 años.
No obstante, en la práctica no es sencillo que una deuda llegue a prescribir, puesto que el plazo de prescripción se interrumpe y se reinicia, empezando a contar de nuevo, cada vez que:
- El acreedor reclama la deuda por medios extrajudiciales (por ejemplo, mediante el envío de un burofax) o judicialmente.
- O bien, cada vez que el deudor admite de algún modo la existencia de la deuda.
Si estás teniendo problemas para pagar tus deudas, la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser la solución
La Ley de la Segunda Oportunidad es un mecanismo legal por el que se puede solicitar al juzgado de lo mercantil la cancelación de las deudas, siempre que se cumplan unos requisitos muy sencillos.
Y no solo eso, sino que también es una medida que permite al deudor evitar el embargo y salir de los ficheros de morosos en los que aparezca.
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