Las empresas con problemas de solvencia deben acudir al concurso de acreedores para tratar de solucionar la situación, intentando así que los acreedores cobren en la medida de lo posible y que el negocio pueda seguir adelante con su actividad.
El proceso puede ser largo, ya que consta de diversas fases. A continuación, te explicamos cuánto tiempo tarda un concurso de acreedores voluntario.
Concurso de acreedores, ¿un recurso necesario o voluntario?
Un concurso de acreedores es un mecanismo que permite a entidades deudoras insolventes renegociar las condiciones de las deudas con los acreedores. Como estas entidades no disponen de liquidez para seguir pagando las deudas ni cumplir con sus obligaciones, se liquida el patrimonio de la empresa con el fin de satisfacer la mayor parte de deuda posible. Este procedimiento puede iniciarse por dos vías posibles: forzosa o voluntariamente.
En ocasiones, cuando hablamos de empresas constituidas como sociedades, puede darse la situación de que uno de los socios solicite el inicio del proceso, debido a posibles discrepancias con la dirección administrativa de la empresa. Cuando esto ocurre, hablamos de concurso de acreedores necesario.
Otras veces la propia empresa, por acuerdo de todos los socios, decide empezar el procedimiento voluntariamente. Pero ¿cuánto tiempo tarda un concurso de acreedores voluntario?
¿Prefieres hablarlo con un abogado experto?
¿De qué fases consta el proceso?
Un concurso de acreedores cuenta consta de varias fases principales:
1. Fase común
Esta fase comienza cuando se presenta en el juzgado de lo mercantil la solicitud para iniciar el procedimiento. El juez examinará el caso y se encargará de dar validez o rechazar la solicitud.
En este último caso, el deudor puede recurrir en reposición. A partir de aquí, se declara el concurso y judicialmente se nombra un administrador concursal. En un primer momento, esta figura se encargará de analizar la situación de la empresa y entregar posteriormente un informe que permitirá continuar con el proceso.
Además, se realizará una valoración de la masa activa (bienes, derechos y patrimonio) y pasiva clasificada de la compañía (deudas privilegiadas, generales, ordinarias y subordinadas).
2. Fase de convenio
Esta es la fase en la que deudor y acreedores presentarán una propuesta de convenio ante el letrado de la Administración de Justicia al que se le asigne el caso.
Esta propuesta incluye quitas y esperas que reducen la cantidad de la deuda y permiten un reajuste de las cuotas para que la empresa pueda seguir ejerciendo su actividad con la máxima normalidad posible.
Además, se pueden incluir propuestas de enajenación de bienes, que hagan factible el acuerdo. Esta propuesta se votará en una Junta de Acreedores, donde, en caso de conseguir la mayoría, se aceptarán las condiciones acordadas. Por último, el juez realizará aprobará el convenio, haciéndolo efectivo.
3. Fase de liquidación
Tras la fase de convenio, si no se ha alcanzado ningún acuerdo en cuanto a las propuestas planteadas, se inicia la fase de liquidación. Esta fase puede iniciarse en cualquier momento del proceso, si lo desea el deudor.
La fase de liquidación recibe este nombre porque se enajena todo el patrimonio del deudor, con el fin de satisfacer la mayor cantidad de deuda que sea posible. El administrador concursal designado anteriormente se encargará de realizar este proceso, y para ello asumirá todas las facultades para administrar y gestionar los bienes en cuestión.
4. Fase de calificación
Tras llevarse a cabo el proceso, se realiza una evaluación final a fin de determinar las causas que han llevado a la empresa a esta situación. El mismo administrador concursal y el Ministerio Fiscal calificarán el concurso como fortuito o culpable. En este último caso, se entiende que el deudor ha actuado de forma dolosa, provocando o agravando la situación de insolvencia.
¿Cuánto tiempo tarda un concurso de acreedores voluntario?
Independientemente de si se inicia de forma voluntaria o forzosa, es fácil determinar los plazos de algunas fases, pero la duración total del procedimiento es una incógnita. Esta depende de las particularidades de cada caso y, sobre todo, de la fase de liquidación de los bienes de la compañía.
En este sentido, por ley, todo deudor que tenga constancia de su situación de insolvencia (bien porque ha perdido la liquidez y no puede pagar sus deudas, o bien, porque prevé que no va a poder hacerlo en los próximos 3 meses) tiene un máximo de 2 meses para iniciar el procedimiento.
A partir de aquí, desde que se solicita la declaración del concurso e interviene el administrador concursal, pueden transcurrir entre 3 y 4 meses.
La fase de liquidación es la que ocupa más tiempo, ya que dependerá de la venta de los bienes en cuestión. En este caso hablamos de una duración que puede variar desde unos pocos meses hasta años, llegando incluso a superar los 5 años en algunos casos.
El concurso de acreedores y la Ley de la Segunda Oportunidad: dos procedimientos relacionados, pero diferentes
Es fundamental no confundir el concurso de acreedores y la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI), procedimiento este último que se conoce como Ley de la Segunda Oportunidad, por la normativa a raíz de la cual se introdujo en la Ley Concursal.
El concurso de acreedores es la vía disponible para las personas jurídicas en situación de insolvencia, mientras que la Ley de la Segunda Oportunidad es en realidad una modalidad de concurso de acreedores, pero reservada a las personas físicas insolventes, ya sean particulares o autónomos.
Por lo tanto, la Ley de la Segunda Oportunidad presenta una serie de particularidades respecto al concurso de acreedores de las personas jurídicas.